El líder de «Muchachada Nui» presentó al coruñés con su humor surrealista
Hay gente que cuando coge un micrófono en un escenario agarra también a todo el público y, aun diciendo la mayor extravagancia, es capaz de que cualquiera explote en fuertes carcajadas. Son personas que tienen la virtud de hacer reír hablando de los detalles más simples de la vida cotidiana. Pueden decir que llevan «la cazadora del abuelo», y provocan un estruendo de carcajadas. Pueden afirmar: «Llegué a Galicia y me di cuenta de que toda la gente era gallega, y que hablaba con acento gallego», y a la risa la acompañan las lágrimas. Parecen de otro mundo. Es gente como Joaquín Reyes, que ayer estuvo en Santiago con su colega Xoel López. Se pasaron tres cuartos de hora en la sede que se construyó la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) en Galeras actuando ante unas 130 personas que se marcharon cautivadas.
Fue un mano a mano surrealista. La chorrada y la música. Joaquín Reyes y Xoel López son una pareja con el contrapunto perfecto. Joaquín Reyes tocó la nota de humor, y la guitarra y la armónica de Xoel pronunciaron la melancolía con acordes. El músico empezó el espectáculo poniendo al público a flor de piel con Rostro de actriz y Quemas . El humorista solo estuvo cinco minutos en el escenario y conquistó a todos.
Son la pasión de mucha gente de 20, 30 y más años. También su reflejo. Las canciones de Xoel tienen puntos filosóficos, tienen lamentos y reflexión; quieren conmover. Joaquín grita, gesticula y deforma las palabras como si fueran de plastilina hasta provocar auténtico dolor de diafragma.
Xoel López (A Coruña, 1977) se sube al escenario, se sienta en una silla alta y canta. Para cuando uno se da cuenta, está dentro de una canción y cree que hay una banda enfrente. Pero no; es solo Xoel López con su voz, su guitarra y su armónica. Es un concierto desnudo al que no le hacen falta abrigos. Pero toca cada canción al oído, con una intimidad que abruma.
Y tuvo el desparpajo de pedir al público que escogiera lo que quería oír. Por eso, después de que Joaquín se hubo marchado del escenario, interpretó Mira , Reconstrucción y El amor valiente , las que le pidieron los asistentes.
Joaquín Reyes (Albacete, 1974) había aparecido en el escenario y se había definido: «Yo amo la chorrada y la música». ¿Cómo? «Es que me dedico a la chorrada, pero dentro de mí también hay música». La chorrada de la que habla es, entre otras cosas, el programa Muchachada Nui (miércoles a las 23.15 horas, en La 2), clon de su antecesor, La Hora Chanante . Es el surrealismo en estado puro. Un tipo que habla usando expresiones como «a cholón», «a cascoporro» o «viejuno». Pero también ha aprendido a hablar en curuñés . Ayer lo demostró con una exclamación: «¡Vaya kely !».
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Para mas info: LaMuchachadaNui.com
Hay gente que cuando coge un micrófono en un escenario agarra también a todo el público y, aun diciendo la mayor extravagancia, es capaz de que cualquiera explote en fuertes carcajadas. Son personas que tienen la virtud de hacer reír hablando de los detalles más simples de la vida cotidiana. Pueden decir que llevan «la cazadora del abuelo», y provocan un estruendo de carcajadas. Pueden afirmar: «Llegué a Galicia y me di cuenta de que toda la gente era gallega, y que hablaba con acento gallego», y a la risa la acompañan las lágrimas. Parecen de otro mundo. Es gente como Joaquín Reyes, que ayer estuvo en Santiago con su colega Xoel López. Se pasaron tres cuartos de hora en la sede que se construyó la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) en Galeras actuando ante unas 130 personas que se marcharon cautivadas.
Fue un mano a mano surrealista. La chorrada y la música. Joaquín Reyes y Xoel López son una pareja con el contrapunto perfecto. Joaquín Reyes tocó la nota de humor, y la guitarra y la armónica de Xoel pronunciaron la melancolía con acordes. El músico empezó el espectáculo poniendo al público a flor de piel con Rostro de actriz y Quemas . El humorista solo estuvo cinco minutos en el escenario y conquistó a todos.
Son la pasión de mucha gente de 20, 30 y más años. También su reflejo. Las canciones de Xoel tienen puntos filosóficos, tienen lamentos y reflexión; quieren conmover. Joaquín grita, gesticula y deforma las palabras como si fueran de plastilina hasta provocar auténtico dolor de diafragma.
Xoel López (A Coruña, 1977) se sube al escenario, se sienta en una silla alta y canta. Para cuando uno se da cuenta, está dentro de una canción y cree que hay una banda enfrente. Pero no; es solo Xoel López con su voz, su guitarra y su armónica. Es un concierto desnudo al que no le hacen falta abrigos. Pero toca cada canción al oído, con una intimidad que abruma.
Y tuvo el desparpajo de pedir al público que escogiera lo que quería oír. Por eso, después de que Joaquín se hubo marchado del escenario, interpretó Mira , Reconstrucción y El amor valiente , las que le pidieron los asistentes.
Joaquín Reyes (Albacete, 1974) había aparecido en el escenario y se había definido: «Yo amo la chorrada y la música». ¿Cómo? «Es que me dedico a la chorrada, pero dentro de mí también hay música». La chorrada de la que habla es, entre otras cosas, el programa Muchachada Nui (miércoles a las 23.15 horas, en La 2), clon de su antecesor, La Hora Chanante . Es el surrealismo en estado puro. Un tipo que habla usando expresiones como «a cholón», «a cascoporro» o «viejuno». Pero también ha aprendido a hablar en curuñés . Ayer lo demostró con una exclamación: «¡Vaya kely !».
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